Las personas que están postradas en cama o inmóviles están especialmente preocupadas por las escaras, comúnmente conocidas como úlceras por presión. Se producen cuando la presión a largo plazo daña el tejido al reducir el flujo sanguíneo a la piel. En la atención domiciliaria, los asilos de ancianos y los hospitales, las escaras son un problema grave.
Al cambiar la presión, reducir la fricción y mejorar la comodidad, las almohadillas posicionadoras son esenciales para prevenir las escaras. Este artículo explora su papel en el mantenimiento de la integridad de la piel y la mejora de la atención de los pacientes en riesgo.
¿Qué son las escaras?
Antes de analizar el papel de las almohadillas posicionadoras, es importante comprender qué son las escaras y por qué se producen.
Cuando una persona aplica presión constante en una determinada zona de su cuerpo, se forman escaras. Al limitar el flujo sanguíneo a la piel y a los tejidos más profundos, esta presión los priva de nutrición y oxígeno. Como resultado, el tejido afectado comienza a descomponerse, lo que lleva a la formación de heridas abiertas. Las escaras se encuentran con mayor frecuencia en las prominencias óseas, donde la piel está más cerca del hueso, como los talones, el sacro, los codos, las caderas y los hombros.
Las etapas de las escaras varían desde el enrojecimiento de la piel (etapa I) hasta heridas abiertas que se extienden profundamente hacia los tejidos, los músculos o los huesos (etapa IV). Las escaras pueden provocar efectos secundarios graves, como infecciones, sepsis e incluso la muerte si no se recibe tratamiento.
El papel de las almohadillas posicionadoras en la prevención de las úlceras por presión
Las almohadillas posicionadoras son dispositivos diseñados para sostener el cuerpo en posiciones específicas mientras redistribuyen la presión lejos de las áreas vulnerables. Al usar estas almohadillas, los proveedores de atención médica pueden prevenir la presión prolongada que provoca úlceras por presión y mejorar la integridad general de la piel de los pacientes. A continuación, se muestra cómo las almohadillas posicionadoras contribuyen al alivio de la presión:
1. Redistribución de la presión
Una de las funciones principales de las almohadillas posicionadoras es redistribuir la presión lejos de las áreas con alto riesgo de desarrollar úlceras por presión. Cuando un paciente se recuesta en una posición durante un período prolongado, el peso del cuerpo presiona hacia abajo en ciertas partes de la piel, lo que provoca presión en el tejido subyacente. Las almohadillas posicionadoras ayudan creando un cojín entre el cuerpo y la superficie, como un colchón o una cama. Esta redistribución de la presión garantiza que ninguna área única soporte toda la carga, lo que es clave para prevenir el daño tisular.
Por ejemplo, en la posición supina, cuando un paciente se recuesta sobre su espalda, la zona sacra, los talones y los codos tienen un alto riesgo de desarrollar úlceras por presión. Los protectores de talón y las almohadillas sacras especializados reducen la presión en estas áreas al crear un amortiguador que redistribuye la presión a áreas de superficie más grandes del cuerpo. Las almohadillas para talón y tobillo brindan amortiguación para los talones y previenen la formación de úlceras por presión en esta región vulnerable.
2. Reducción de la fricción y el esfuerzo cortante
Otros elementos importantes que tienen un papel en el desarrollo de las úlceras por presión son la fricción y el esfuerzo cortante. La piel puede irritarse y volverse más propensa a romperse cuando se raspa contra objetos como ropa de cama, ropa u otras superficies. Por el contrario, el esfuerzo cortante ocurre cuando la piel se arrastra en una dirección mientras los tejidos debajo de ella se mueven en otra, generalmente cuando se está reposicionando la piel.
Las almohadillas de posicionamiento hechas de materiales como espuma, gel o aire pueden ayudar a reducir la fricción y el esfuerzo cortante al proporcionar una superficie suave y evitar el contacto directo de la piel con la superficie. Estas almohadillas, que a menudo se usan junto con colchones especializados, crean un entorno sin fricción que minimiza el riesgo de abrasión de la piel. Por ejemplo, una cubierta de colchón de aire ayuda a reducir las fuerzas de cizallamiento al permitir que el cuerpo se mueva más libremente sin crear fricción contra la piel.
3. Fomentar la alineación corporal adecuada
Mantener la alineación corporal adecuada es otro factor crucial para prevenir las úlceras por presión. Cuando el cuerpo de un paciente no está alineado correctamente, la presión se distribuye de manera desigual, lo que genera un mayor estrés en ciertas áreas de la piel y el tejido subyacente. Por ejemplo, la alineación incorrecta de la cabeza, el cuello y la columna puede generar una presión adicional en los hombros y la región sacra.
Las almohadillas de posicionamiento ayudan a mantener el cuerpo en una posición neutra y cómoda al brindar soporte a áreas clave como la cabeza, el cuello y las articulaciones. Por ejemplo, los cojines para la cabeza y los rollos para el cuello garantizan una alineación adecuada de la cabeza al tiempo que reducen la presión en el cuello y los hombros. Las almohadas para las rodillas o las cuñas de espuma ayudan a mantener las piernas alineadas, lo que reduce la presión en las caderas y la espalda baja. Al sostener el cuerpo en su posición óptima, las almohadillas de posicionamiento reducen el riesgo de úlceras por presión y ayudan a promover la salud de la piel.
4. Mejorar la comodidad en caso de inmovilidad prolongada
En el caso de los pacientes que permanecen inmóviles durante períodos prolongados (como los que se recuperan de una cirugía, los pacientes con lesiones de la médula espinal o los que reciben cuidados intensivos), la presión prolongada en determinadas zonas puede provocar daños en la piel. En estos casos, las almohadillas de posicionamiento son fundamentales para mejorar la comodidad y prevenir la formación de escaras. Las almohadillas de posicionamiento alivian el dolor de permanecer acostado durante períodos prolongados en una misma posición al ofrecer apoyo y amortiguación. Por ejemplo, una funda de colchón de espuma o una almohadilla de gel proporcionan comodidad y alivio de la presión, lo que ayuda a redistribuir el peso y a prevenir la presión prolongada en las zonas vulnerables. Estas almohadillas no solo reducen el riesgo de escaras, sino que también mejoran la comodidad general del paciente, lo que puede mejorar el proceso de curación y prevenir complicaciones asociadas con la inmovilidad.
5. Facilitar el reposicionamiento y la movilización
El reposicionamiento regular es clave para prevenir las escaras, pero reposicionar a los pacientes manualmente puede ser un desafío, especialmente para aquellos que son pesados, están inmóviles o tienen dolor. Las almohadillas de posicionamiento pueden hacer que el reposicionamiento sea más fácil y seguro tanto para el paciente como para el cuidador.
Por ejemplo, las almohadillas giratorias o las láminas deslizantes pueden ayudar a cambiar la posición del paciente con una fricción mínima, lo que reduce el riesgo de cortes y daños en la piel durante el proceso. Estas almohadillas ayudan a mover al paciente con suavidad, evitando estiramientos o arrastres innecesarios de la piel, que pueden provocar lesiones y úlceras. Además, las almohadillas de posicionamiento facilitan el mantenimiento de la posición adecuada durante el proceso de reposicionamiento, lo que reduce aún más el riesgo de lesiones por presión.
La eficacia de los distintos tipos de almohadillas posicionadoras
En la práctica clínica se utilizan varios tipos de almohadillas posicionadoras para reducir las úlceras por presión y mejorar la integridad de la piel. Cada tipo de almohadilla está diseñada para cumplir requisitos específicos y ofrecer ventajas particulares:
- Almohadillas de espuma: las almohadillas de espuma se utilizan a menudo en camas de hospital, sillas de ruedas y otros sistemas de asientos. Proporcionan una excelente amortiguación y redistribución de la presión, lo que las hace ideales para pacientes que pasan mucho tiempo en una misma posición. Las almohadillas de espuma son ligeras, fáciles de usar y rentables.
- Las almohadillas de gel son conocidas por su excepcional capacidad para aliviar la presión y su capacidad para adaptarse a los contornos del cuerpo. Se utilizan a menudo en zonas como los talones, el sacro y los codos, donde es más probable que se produzcan úlceras por presión. Las almohadillas de gel también son duraderas y se pueden reposicionar fácilmente sin perder su eficacia.
- Almohadillas y colchones de aire: los cojines y colchones llenos de aire proporcionan un alivio continuo de la presión al inflarse y desinflarse en ciclos. Estos dispositivos son particularmente eficaces para pacientes de alto riesgo, ya que ayudan a redistribuir la presión y previenen el desarrollo de úlceras por presión. Los colchones con mínima pérdida de aire se utilizan comúnmente en unidades de cuidados intensivos (UCI) y centros de cuidados a largo plazo.
- Almohadillas de piel de oveja: la piel de oveja es un material natural que proporciona amortiguación y transpirabilidad, lo que la hace ideal para pacientes con piel sensible. Las almohadillas de piel de oveja se utilizan a menudo junto con otras formas de alivio de la presión para proporcionar mayor comodidad y protección de la piel.
- Camas fluidizadas por aire: estas camas utilizan una combinación de aire y materiales similares a fluidos para crear un efecto flotante, que reduce la presión y promueve la integridad de la piel. Las camas fluidizadas por aire se utilizan a menudo para pacientes que tienen un alto riesgo de desarrollar úlceras por presión o aquellos con úlceras existentes que necesitan atención especializada.
Conclusión
Las almohadillas de posicionamiento son cruciales para prevenir las úlceras por presión y mantener la integridad de la piel al redistribuir la presión, reducir la fricción y favorecer la alineación adecuada. Protegen la piel sensible, mejoran la comodidad y facilitan el reposicionamiento en entornos sanitarios como hospitales, centros de vida asistida y atención domiciliaria. Cuando se utilizan junto con el reposicionamiento regular y otras medidas preventivas, estas almohadillas reducen significativamente las úlceras por presión y mejoran los resultados del paciente.